Licencias tipográficas legales: secretos para evitar problemas con las fuentes.

Imagina que un equipo creativo dedica horas a diseñar una campaña atractiva, optimizada para múltiples canales y única en el mercado. Identifican la fuente perfecta, alineada con los objetivos, y lanzan la campaña.

Después del lanzamiento, el equipo legal de la empresa recibe una carta de una fundición tipográfica que dice que esa campaña contiene una fuente para la que no tiene la licencia necesaria. El equipo legal debe trazar un plan de acción y comunicarse continuamente con la fundición tipográfica, el equipo creativo, la dirección de la empresa y el departamento de relaciones públicas. Ahora, es necesario disponer de presupuesto para renovar por completo la campaña creativa y resarcir cualquier daño causado a la fundición tipográfica. Las batallas legales por las licencias de fuentes generan mala reputación y más gastos. Hay que retirar la campaña de las plataformas físicas y digitales porque carece de las licencias necesarias, la dirección de los departamentos debe responsabilizarse del error y la empresa pierde dinero.

¿Por qué merece la pena invertir en una fuente?

Las fuentes son clave para crear buenas campañas de marketing. En el mundo del deporte, equipos como el FC Barcelona o el Real Madrid utilizan tipografías propias para definir su identidad visual y destacar entre otras escuadras. Coca-Cola tiene una fuente específica que destaca sobre su fondo de color rojo brillante, y Walt Disney creó su propio logo con una D curva. 

Más allá de los logos, las fuentes ayudan a las marcas a crear una identidad clara con sus productos: piensa, por ejemplo, en M&Ms y en Netflix. Incluso desde el punto de vista de las iniciativas más sencillas, en las campañas publicitarias como la del proyecto «Got Milk?», se usan fuentes claras y fáciles de leer, pero que dan un aspecto único a las letras.

Las empresas que trabajan en múltiples plataformas deben plantearse además cómo funcionan las fuentes en cada medio: una tipografía puede destacar en Instagram y verse torpe o pesada en YouTube. Es posible que otras fuentes queden bien en una valla publicitaria, pero no causen el mismo impacto en un formato móvil o digital. Para lanzar una campaña publicitaria de éxito o crear un proyecto que tenga buena acogida entre el público, los equipos creativos necesitan fuentes concretas para transmitir los mensajes precisos.

Las fundiciones tipográficas lo tienen todo.

Las fundiciones, o empresas que crean tipografías, distribuyen sus fuentes mediante licencias que permiten usos concretos.

Uno de los mayores problemas es el Acuerdo de Licencia de Usuario Final (EULA), que se acepta al comprar una fuente o cualquier software. Existen millones de fuentes online, cada una con su propio EULA. Los departamentos legales pueden invertir cientos de horas revisando estos acuerdos para evitar demandas por derechos de autor. Un error en la interpretación puede costar mucho en tiempo y dinero.

Aprende de los errores: el problema de las licencias legales para usar fuentes.

Los equipos de diseño, los departamentos legales y la directiva saben de primera mano lo importante que es ser minuciosos. Grandes empresas de todos los sectores han lanzado materiales de marketing, anuncios, campañas y nuevas marcas, y se han dado cuenta demasiado tarde de que han usado la fuente incorrecta.

¿Qué pasa si usas una fuente sin licencia? En la industria del entretenimiento, estos errores pueden costar varios millones, sin contar el trabajo perdido y el dinero invertido en publicidad. El merchandising con fuentes no licenciadas debe retirarse y almacenarse, sin volver a venderse.

Los equipos de diseño no son los únicos que tienen que lidiar con este tipo de dificultades. Según el nivel de la infracción, la pesadilla para el personal de relaciones públicas puede ser descomunal, y es posible que la reputación de la empresa se vea seriamente afectada. Hace poco, saltaron a los titulares las acusaciones a una empresa por haber «robado fuentes», lo que supuso que el término «robo» se asociara al nombre de la marca. Hay muy pocas personas que intenten robar fuentes de forma intencionada, pero es muy frecuente que las acusaciones sigan flotando en el aire o apareciendo en los resultados de los motores de búsqueda.

Todos estos problemas podrían evitarse comprando la fuente, normalmente por una cantidad muy inferior al coste de los daños. Una gran empresa llegó a pagar unos 3 millones de dólares en indemnizaciones por una fuente que habría costado apenas 200 dólares.

¿Y qué pasa con las fuentes gratuitas?

Existen fuentes gratuitas, pero traen consigo numerosos problemas. Lo que podría parecer una solución relativamente barata puede acabar costando más de lo esperado. Algunos ejemplos de los riesgos:

• Diseños demasiado parecidos a los de la competencia.
• Falta de escalabilidad, caracteres especiales o alfabetos adicionales.
• Escaso margen creativo.
• Riesgo de malware o virus.
• Diseño tipográfico pobre.
• Fuentes pirateadas.

Aunque hay algunas fuentes gratuitas fiables, las empresas se arriesgan a crear campañas o logotipos demasiado similares a los de su sector, o incluso a los de grandes marcas de otros ámbitos. Para que una marca destaque, necesita ser reconocible. Las fuentes gratuitas rara vez ofrecen la personalidad que una empresa necesita.

¿Cuánto se tarda en obtener la licencia de una fuente?

Comprar una única fuente puede ser tan sencillo como hacer un par de clics. Sin embargo, para las empresas medianas o grandes con mayores necesidades de fuentes, obtener la aprobación de todas las partes implicadas puede ser engorroso. Si una empresa decide dar el paso y adquirir la licencia de una fuente, el proceso puede alargarse semanas o meses; más de lo que debería, ya que lo ideal sería descargar una fuente y empezar a usarla directamente. 

Los departamentos legales deben analizar los términos del servicio, los equipos encargados del presupuesto tienen que aprobar cada compra a medida que se solicita, y los equipos de diseño se ven obligados a esperar a que otras secciones de la empresa aprueben tanto el gasto como el diseño en sí. Todo ese tiempo invertido en esperar la aprobación podría haberse dedicado a crear y generar nuevas ideas.

Si una empresa solo necesita una fuente para un momento concreto, este método puede funcionar. Sin embargo, si un departamento de publicidad o creativo tiene varios proyectos en marcha a la vez, pasaría demasiado tiempo esperando a que se aprobara cada fuente. Además, si algo va mal en esa cadena, toda la empresa sufre las consecuencias.

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Para empresas o particulares que necesitan fuentes nuevas y atractivas para mejorar sus campañas o activos digitales, Monotype Fonts ofrece una solución sencilla: un paquete que da acceso a más de 250.000 fuentes. Permite experimentar sin límites para crear sin restricciones.

Este paquete supone un antes y un después para diseñadores, agencias de publicidad y pequeños negocios. Además, Monotype Fonts puede ayudarte a resolver problemas legales relacionados con fuentes mal utilizadas, especialmente si pertenecen a Monotype. Monotype se encarga de las reclamaciones y acuerdos legales, permitiendo que las empresas se centren en crear, sin perder horas con departamentos legales, presupuestos o litigios.

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Conclusión.

No tiene sentido que los creativos tengan que lidiar con la complejidad de las licencias tipográficas ni enfrentarse a problemas legales que escapan de su responsabilidad. Plataformas como Monotype Fonts eliminan esa carga y permiten enfocarse en lo verdaderamente importante: encontrar la presentación ideal para cualquier activo digital o físico.

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